domingo, 23 de mayo de 2010

La chinkana Inca y el choclo de oro


Esta es una de las leyendas urbanas más famosas del Perú. Se dice que dos osados aventureros -en algunas versiones se habla de dos jóvenes españoles; en otras son norteamericanos-, tras conocer las leyendas existentes acerca de las "chinkanas" del Cusco (túneles construídos por los incas), acerca de que estos inexplorados laberintos subterráneos conectan lugares tales como Sacsayhuamán y la Catedral del Cusco, o la fortaleza inca con el Templo de Santo Domingo (otrora el mítico Koricancha), e incluso que conectan sitios tan lejanos como el lago Titicaca, Lima o Quito,... -y también que en ellas, los incas ocultaron fabulosos tesoros-, animados por el deseo de aventuras (y potr ambición), estos dos turistas/aventureros se arriesgaron finalmente a ingresar en la llamada "chinkana grande", situada en Sacsayhuamán, cerca al lugar denominado como el "Rodadero".

Lo que vieron o encontraron, nadie lo sabe realmente con exactitud. Pasados varios meses, uno de ellos apareció de pronto, surgiendo del subterráneo de la catedral de la ciudad imperial: sus ropas estaban hechas jirones, había envejecido notablemente y lucía una desgreñada barba,... como si más bien hubiesen pasado años, desde el inicio de su extraña travesía. Tenía una mirada perdida, como la del que pierde para siempre la razón; nunca pudo aclarar el final de su compañero. Algo que dejó impactados a todos los que lo vieron fue el extraño objeto que portaba en sus manos:un enorme choclo (mazorca) de oro macizo. El misterio nunca fue debelado, ya que el hombre murió a los pocos días.

Desde entonces, todas las entradas a las chinkanas se encuentran tapiadas; el hecho de que muchas de estas entradas se hallan en templos católicos, genera también la desconfianza, sospechándose los oscuros intereses de los religiosos por este proceder. Igualmente, de tiempo en tiempo, circulan en el Cusco, relatos acerca de turistas desaparecidos para siempre, tras ingresar y luego no salir jamás, de las chinkanas incas, atraídos por el deseo de descifrar el misterio, o buscando hacerse ricos.

Ritual de limpieza con el cuy


En las regiones de los andes que otrora pertenecieron al Imperio de los Incas, es muy extendida la costumbre de utilizar a este roedor, el cuy (Cavia tschudii), de la familia de los conejillos de indias, para realizar curaciones, rituales de limpieza de “Daños” y el tratamiento de enfermedades. El curandero toma el animal y lo pasa por el cuerpo del paciente, muy atento a las manifestaciones del animal, sin parar de rezar (cabe señalar que algunas veces el cuy muere durante este proceso)

Luego el animal es sacrificado y sus entrañas auscultadas por el oficiante para determinar el tipo de enfermedad o “Daño” existente. Muy a pesar de lo controversial que puede parecer esta práctica ancestral para muchos, es frecuente observar con estupor cómo se logra un alto grado de exactitud en dichos diagnósticos, principalmente con respecto a enfermedades: en esos casos, al auscultar los órganos del animal, se aprecian muchas veces replicadas las dolencias del paciente. Es común que se prefieran los cuyes de color negro para eliminar “Daños”.

El Colegio Militar Leoncio Prado


El Colegio Militar Leoncio Prado, sito en Avenida Costanera 1541, La Perla, Callao, es la institución de su género, más prestigiosa del Perú; inició sus labores como colegio militar el 15 de julio de 1944 y en sus aulas han estudiado insignes hombres que han destacado a lo largo de la historia del país.

Desde sus inicios, los ambientes del colegio han estado ubicados en lo que antiguamente se conoció como el cuartel “Guardia Chalaca”, el mismo que, al iniciarse las labores educativas, sólo contaba con dos pabellones sin puertas ni ventanas; pero que con el devenir del tiempo se ha fué implementado con diversos ambientes. Uno de estos antiguos edificios, conocido tradicionalmente por los estudiantes leonciopradinos como “ La Siberia” –debido al frigidísimo viento de mar que lo convierte prácticamente en un frigorífico-, fue utilizado por mucho tiempo como la cuadra de los alumnos de Quinto Año, y es donde se inicia la historia fantasmal, conocida por todos lo que han estudiado ahí.

El Cadete fantasma
La historia reseña que las apariciones siempre se han dado a altas horas de la noche: los testigos, son los jóvenes cadetes que, siguiendo la tradición militar, montan guardia nocturna, recorriendo los ambientes del colegio, mientras el resto duerme. Los testimonios varían un poco: para algunos, la aparición es perfectamente definida; un joven desconocido, vistiendo un uniforme de tiempos pasados y realizando también una guardia; en otros casos solo se presenta como una “presencia”: pasos perfectamente audibles, y sombras que recorren los pasillos,… para luego hacerse humo y un silencio aterrador, cuando el Cadete en guardia trata de descubrir quién está ahí.

“Cuando cursaba secundaria en el colegio militar “Leoncio Prado” del Callao, pude ver una vez, que en lo alto de “La Siberia”, estaba parado un cadete,…” -, es el testimonio más común existente entre los ex alumnos.

Otros relatos hablan de ocasiones en que, al cambio de guardia, el relevo se encontraba con un espectáculo dantesco: a un cadete del turno de guardia anterior, tirado en el suelo, inconsciente o víctima de una crisis nerviosa. Tampoco falta la historia, en la que se asegura que un alumno de la promoción LXIV debió ser retirado del colegio, debido al shock nervioso que tuvo, tras visualizar al fantasma.

Con el paso del tiempo, la presencia del “Cadete fantasma” en “La Siberia” era tan frecuente, que se volvió tradición de los alumnos de años superiores, el castigar a los de años inferiores, haciendo guardia nocturna en dicho pabellón; asimismo, todos los alumnos que han pasado por las aulas del colegio, han sentido y sienten un prudente respeto por ese viejo edificio: “aunque nunca vi ni escuche a ningún fantasma durante mis tres años de internado, cada vez que me tocó ir a “La Siberia” de día lo hacia, con reverencia y curiosidad,… pero por la noche nunca me acerque por allí, salvo una vez a la hora de casino (jugar cartas), pero claro con la compañía de varios cadetes”-, nos cuenta un ex alumno, hoy oficial retirado del Ejército.

Para algunos ex alumnos leonciopradinos, el “Cadete fantasma” es un alma que recorre los pasillos de su antigua cuadrilla, sembrando miedo y espanto a los que se quedan muy cerca haciendo la ronda nocturna; para otros, es una presencia menos terrorífica: casi un camarada de guardia nocturna. Los instructores, personal militar y profesores del plantel, más bien guardan silencio con respecto al tema, pero para los alumnos y ex alumnos, el fantasma tiene nombre y apellido: Duilio Poggi Gomez.

Su historia
Ingresado al Colegio Leoncio Prado en 1945, Duilio Poggi pertenecía a la que luego sería la II Promoción del Colegio: casi de inmediato, se ganó el cariño de sus superiores, instructores y compañeros, quienes lo consideraban un buen alumno y gran camarada. La vida de Duilio tuvo un dramático y abrupto final: según cuentan las crónicas de la época, en la noche del 28 de diciembre de 1946, el Cadete se trasladaba en un tranvía, cuando vio cómo un maleante trataba de agredir a una dama: el sujeto era más alto y corpulento que Duilio, pero él cumpliendo con el Código de Honor del Cadete, se le enfrentó. Poggi fue apuñalado y murió en el acto. Tenía apenas 16 años de edad. El asesino nunca fue capturado.

El suceso causó honda consternación en la época: el joven estudiante incluso recibió honores en la Cámara de Senadores, el 4 de Enero de 1947. Asimismo, Poggi se convirtió en el ejemplo a seguir por el alumnado leonciopradino. Hoy en día, el pabellón de Quinto Año del colegio lleva su nombre, asi como también una plazuela en Magdalena del Mar, y un busto en su memoria en el Leoncio Prado. Su sepultura se halla cerca de La Cripta de los Héroes, en el Cementerio Presbítero Maestro.

Existen pocos testimonios que avalen que el “Cadete fantasma” sea realmente Duilio Poggi, pero en la tradición del colegio, no existen dudas: para todos los alumnos y ex alumnos, el espíritu que hace la guardia nocturna es Poggi.

Los otros fantasmas del Leoncio Prado
El motivo por el cual su identidad es sujeta a dudas, por que al parecer, no es la única presencia fantasmal presente en el Leoncio Prado: otros reportes indican que no sería el único fantasma en “La Siberia”; según se sabe, antes de que el colegio ocupe su lugar, y cuando era cuartel de la “Guardia Chalaca”, ocurrió un incendio, en el cual perdieron la vida tres de sus integrantes; ese sería el motivo por el cual no todos los reportes de apariciones sean iguales.

Asimismo, la antigua enfermería del colegio también ha sido reportado como sitio de frecuente actividad paranormal y fantasmal.

Hoy en día, “La Siberia” ya ha dejado de ser una cuadra de dormitorios: el edifico ahora es utilizado como un ambiente de prácticas de técnicas de comando, para uso del personal militar, pero su leyenda persiste entre las antiguas y nuevas generaciones de cadetes. Esta es pues la historia del Leoncio Prado y sus fantasmas: un colegio de profunda tradición castrense, donde al parecer, hasta los seres espectrales perennizan esas costumbres.

Descubren ocho entierros de más de 600 años de antigüedad en complejo arqueológico Jotoro


Ocho entierros de más de 600 años de antigüedad fueron descubiertos por arqueólogos de la Unidad Ejecutora Nº 111: Naylamp-Lambayeque en la zona oeste del complejo arqueológico Jotoro, ubicado a seis kilómetros del distrito de Jayanca, en la provincia de Lambayeque.

Estas ocho tumbas descubiertas en una plataforma funeraria pertenecen a la época de las ocupaciones de los chimú (1370 años después de Cristo) y los inca (1470 después de Cristo).

Presentan patrones de enterramiento nunca antes registrados en Lambayeque, como son las cámaras funerarias en forma de bota, similares a los entierros de los Vicús, en Piura, y de la zona de Cajamarca, por lo que es "muy importante" este descubrimiento, señaló el arqueólogo Juan Martínez Fiestas, responsable de las investigaciones.

De estos ocho entierros se ha definido que tres de ellos corresponden a niños de entre 2 y 4 años, y cinco son individuos adultos, presentando ofrendas de cerámica ceremonial, lo que determina la importancia que tuvieron estos personajes, señaló.

También se descubrió interesante evidencia de arquitectura de adobe, como una rampa de acceso y patio central, que corresponderían a un centro de tipo administrativo, el mismo que después de su abandono comenzó a ser utilizado como plataforma funeraria de importantes personajes de la época.

Celso Sialer Távara, director de la Unidad Ejecutora Nº 111: Naylamp-Lambayeque, señaló que "estos hallazgos servirán para conocer más nuestra historia".

Asimismo, indicó que para estas investigaciones, de acuerdo al expediente técnico, se ha proyectado una inversión un millón 960 mil nuevos soles para cuatro años, pero a la fecha se ha gastado más de medio millón. Laboran más de 50 obreros, tres arqueólogos y siete técnicos.

Indicó que existe un gran esfuerzo del Estado por proteger, conservar e investigar el rico patrimonio arqueológico de Lambayeque, pero también se necesita de la inversión privada y de los gobiernos locales para consolidar dichas labores.

Por su parte, el director del Museo Arqueológico Bruning, Carlos Wester, destacó la importancia de estos hallazgos arqueológicos, pues por primera vez se investiga científicamente este yacimiento para conocer el grado de desarrollo social, cultural y económico que alcanzaron las sociedades prehispánicas que ocuparon el lugar.

Ello permitirá establecer los niveles tecnológicos alcanzados en los aspectos de arquitectura, cerámica, metalurgia, patrones funerarios, entre otros aspectos de su proceso cultural, agregó.

Wester remarcó que como nunca antes, en Lambayeque cada día se da mayor importancia a "nuestros recursos arqueológicos; desde la creación de la Unidad Ejecutora Nº 111 se han impulsado las investigaciones arqueológicas, produciéndose importantes hallazgos. También se rescató de su inminente destrucción importantes yacimientos prehispánicos como Jotoro, Chilili, La Pava, Huaca Bandera, entre otros".

(FUENTE: Andina)

miércoles, 19 de mayo de 2010

La casona 300 de San Francisco


El centro histórico de la ciudad de Arequipa, con sus casonas construidas en la época colonial, es uno de los lugares con más alta concentración de actividad fantasmal en el Perú: la convulsa historia de la ciudad, durante sus más de cuatro siglos de existencia, ha impregnado los gruesos muros de sillar, de estas nobles construcciones. Conforme se ha ido revalorando las casas del denominado Cercado de Arequipa, convirtiéndolas en comercios de todo tipo, han ido surgiendo por decenas, testimonios de apariciones y fenomenología paranormal, entre los nuevos y a veces ocasionales propietarios: este es el caso del 300 de la Calle San Francisco.

Esta casona, enclavada en medio de la zona de la ciudad en la cual se asientan los principales restaurantes y lugares de esparcimiento nocturno, dirigidos al turista que visita la ciudad o que se encuentra de tránsito, rumbo al Cañón del Colca, cuenta, aparte de sus ocasionales visitantes, con un residente permanente, que gusta de recorrer sin parar la casona.

Durante gran parte de la segunda mitad del pasado siglo, dicha casona fue ocupada por oficinas de diversas firmas de abogados, dada su cercanía a la oficina de Registros Públicos de la ciudad; al iniciarse el boom turístico local, la casona fue siendo ocupado por restaurantes, cafés y bares hasta la fecha actual: hoy en día, sus cuatro ambientes están ocupados por locales de ese tipo, los cuales son “El K’rajo”, “La Tutta Bar”, “La Taberna del Rajadiablos” y el “Apus”. Tanto de sus propietarios como personal que labora en estos locales, proceden los primeros testimonios de la aparición que recorre estos locales: la niña fantasma del 300 de San Francisco.

“Hace como tres años, vine una tarde a hacer limpieza,…” –rememora Omar, propietario del “Rajadiablos”-, “abrí el portón de la casona y lo cerré: estaba yo solo; no había venido nadie de los otros locales aún. Eran las 5 de la tarde. Tras barrer y ordenar mi local, fui al baño de varones la casona. Abrí la puerta y lo primero que ví, es frente a mí, a una niña, parada, mirándome desde el interior del baño”.

“Mi primera reacción fue puro reflejo: al ver a una mujer (la niña), dentro del baño, cerré la puerta de inmediato, casi pidiendo perdón, avergonzado. Me quedé agarrado del picaporte de la puerta por un segundo y recién pensé: ¡pero si aquí no hay nadie, estoy yo solo!, y la abrí de nuevo: no había nadie, y no existe otra puerta. Me entró el miedo y me salí de la casona”.

El suceso, de apenas segundos, fue tan próximo –a menos de un metro de distancia-, que Omar la pudo describir con facilidad: “parecía como de 8 o 9 años, solo tenía encima una pijama o algo parecido, de color blanco, que la cubría del cuello a los pies. Su cabello era largo, ondulado y desordenado,… y me miró muy fijamente, como diciendo “¿tú qué haces aquí?”.

No ha sido éste el único testimonio: también existen otros, como el del propietario del “Apus”: “una noche, acababa yo de abrir mi local; aún no había llegado nadie y me metí en la barra, y me puse a ver hacia la puerta, desde donde se ve el patio de la casona y el portón que da a la calle. Serían como apenas, las 7 de la noche”.

“Entonces ví a través del dintel de la puerta, a una niña chiquita que asomó la cabeza y me miró sonriéndose. Por un momento pensé que era una de esas niñas que se aparecen en San Francisco en las noches, vendiendo caramelos y cigarrillos, así que no le hice caso: para mí, sacaba la cabeza por el dintel como jugando”.

“Entonces ví algo que jamás me voy a olvidar: la cabeza de la niña comenzó a bajar por el borde del dintel, como si se agachase, ¡pero después bajó más y más, casi hasta el límite del dintel y el piso!, ¡era como si “flotase” en horizontal, o como si alguien la cargase, pero aún así no era posible que alguien la sostuviese así!, en un segundo su cara desapareció de mi vista: salí corriendo a ver qué era eso: tardé un segundo en llegar a la puerta y ahí no había nadie”. Su descripción de la niña, coincide absolutamente en todo, con el primer testimonio.

Tras esas apariciones, los testimonios de fenómenos extraños se multiplicaron, principalmente por parte de los empleados de los locales; a un ex barman del “Rajadiablos”, una madrugada, en que el local estaba ya vacío, salió al patio de la casona, y al poco, sintió un golpe: “alguien” hizo caer una escoba a pocos metros de él, cayéndole en la cabeza,… lo extraño del caso es que no había nadie con él, y que la escoba estaba a distancia suficiente como para que obligatoriamente “tuviese que volar” para pegarle. Igualmente casi todos los empleados y ex empleados de los cuatro locales, atestiguan haber sufrido pequeñas agresiones muy similares, habiéndoles caído cajetillas de cigarrillos, de fósforos y otros objetos pequeños,… como los que usaría un niño para una broma de esas.

Actualmente, pocos trabajadores de lugar, gustan de ir a solas al baño de varones del local, ubicado al fondo de la casona, lugar de la primera aparición –conocida por ellos-, de la niña. Muy pocos testimonios se conocen acerca de clientes de los locales, pero uno al menos es conocido: una joven asidua al “Rajadiablos”, conversaba una noche con los empleados del local: éstos le contaron la historia de la niña fantasma. La joven clienta se rió y dijo “¡ustedes están creyendo tonterías!”, pero al levantarse de su asiento –como ella atestiguó inmediatamente-, sintió “una fuerza”, algo que la tomó de un hombro y la obligó a sentarse de nuevo en su lugar,… como si le dijesen “¡siéntate ahí!”.

Casi nada se ha podido averiguar de la historia de la antigua casona: como muchas casonas coloniales de Arequipa, ha pasado de un propietario a otro desde su construcción, por lo que no se conoce nada acerca de la niña fantasmal. Solo se pudo averiguar que sus apariciones no son recientes. Una pareja de esposos, abogados de profesión, nos dieron el siguiente dato: “en los años ‘80s” –nos contó la mujer-, “yo y mi marido teníamos nuestro estudio acá, en el local que ahora es “La Tutta Bar”; una tarde, mi marido salió a hacer diligencias y yo me quedé sola, viendo aburrida al patio. Sin dame cuenta a qué hora apareció, sentí que alguien me miraba: alcé la vista y, arrodillada y con la cabeza asomándola entre los barrotes de la escalera que da al techo, estaba una niña, que me miraba y se reía. Fue un segundo verla y pararme para decirle que no podía estar ahí, cuando se despareció. Cuando llegué a la escalera, recordé algo que me erizó el cuerpo: esa escalera está clausurada con una reja metálica: no hay por dónde subir ahí”. De hecho, la escalera está aún clausurada el día de hoy.

“Conforme pasó el tiempo, siguió apareciéndose por toda la casona; nos fuimos dando cuenta que era una almita y finalmente nos acostumbramos a la niña”-, finalizó su relato. Asimismo, el local donde hoy está “La Tutta Bar”, estuvo vacía y clausurado por muchos años y el propietario del “K’rajo” –el bar más antiguo de la casona y local vecino a éste-, atestiguó que por muchos años podía escuchar a través de la pared, ruidos, golpes, risas y correteos; tras preguntarle a los propietarios si alquilaban el local a alguien, no solo recibía una respuesta negativa, sino también, a la pregunta acerca de qué ocurría ahí, un silencio y una recogida de hombros.

Esta es pues la historia de la niña fantasma del 300 de San Francisco; aún se recaban testimonios y no se pierde la esperanza de poder plasmar su etérea figura con una cámara fotográfica, a pesar de que este fantasma se ha mostrado un tanto esquiva en los últimos tiempos, ¿le gustaría verla?, pues le invitamos a darse unas horas de esparcimiento nocturno en la blanca ciudad de Arequipa, disfrutar de una buena bebida y compañía,… y tal vez la visita, de un ser del Más Allá,…

Adolescente que jugaba a la ouija persigue vecina con cuchillo en Cerro de Pasco


Una adolescente fue internada en un hospital, luego de presentar un comportamiento extraño y hasta haber perseguido a su vecina con un cuchillo, luego de haber jugado a la ouija en Yanacancha, Cerro de Pasco.

Según los vecinos de la zona, la joven empezó a comportarse de manera extraña, luego de jugar a la ouija, por lo que tuvo que intervenir el serenazgo de la zona.

Por su parte, la madre de la joven comentó que su hija inexplicablemente se empezó a poner agresiva, corriendo de un lado a otro y atacando a quien se le pusiera enfrente.

"Mi hija se comportaba extrañamente, como si alguien se habría apoderado de ella, sorprendentemente exhibía una fuerza sobrenatural", manifestó la afligida señora cuando junto a los serenos trasladaba a la joven al Hospital Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco (HDAC)

Los médicos del referido nosocomio, quienes tuvieron que inyectar sedante para que la joven se calmara, diagnosticaron que la también estudiante de la universidad local presentaba una agitación psicomotriz, sin embargo no pudieron identificar las causas que la originaron.

En tal sentido optaron por derivarla al Hospital Essalud Pasco, donde la joven después de alcanzar estabilidad emocional, aseguro no recordar lo ocurrido.

(FUENTE: Peru.com)

domingo, 16 de mayo de 2010

La mujer fantasma del Larco Herrera


Esta leyenda tiene como lugar de manifestación el distrito de Magdalena, exactamente dos cuadras pasando la Avenida Brasil y casi detrás del antes Asilo-colonia y hoy Hospital psiquiátrico Víctor Larco Herrera; en ese lugar, hay una calle en curva.

Para los que pasan ahí de noche y e siente un ambiente muy cargado; para colmo, la calle en curva da a un parque que de noche y con las luces, sus árboles aparecen ante el espectador como si de figuras humanas contrahechas se tratasen.

Ya sean personas que pasan por el lugar caminando o en auto, la historia es prácticamente la misma: al ingresar a la calle de la curva, y antes de llegar a la esquina, aseguran que se oyen nítidamente gritos de una mujer.

Ni bien uno voltea, puede ver en medio de la pista a una mujer gritando y llorando con las manos levantadas: no es joven ni vieja, pero sus gritos son aterrorizantes. En más de una oportunidad, se le aparece en medio de la calle, gritando a los conductores que por ahí transitan: más de un accidente se ha reportado,… y los conductores aseguran haber realizado una maniobra de último instante, tratando de no atropellar a la mujer que gritaba en medio de la calle,…

Si uno pregunta a los serenos del distrito o a los guardias particulares, te responden: “¿que, tu tambien la viste?; todos los años no falta alguien que te cuenta que hay un señora llorando en medio de la pista y que cuando uno se le acerca desaparece y luego te empieza a seguir preguntándote a gritos por su hija,...”

Otro testimonios aseguran que una cuadra más arriba de la famosa curva es donde ocurre que, cuando uno camina solo por ahí, a veces escucha pasos a su costado (así uno este detenido), pero si volteas, escuchas un risa de mujer y de inmediato obtienes un arañón en la mano, por voltear,..

Otro testimonio recogido de dicha aparición relata que un vecino que vive en Trujillo - calle próxima a la curva-, un joven ve que una dama estaba caminando sola por la curva y se dedicó a seguirla, a silbarle y piropearla pero esta no se detenía así que decide alcanzarla y se pone a caminar a su costado, diciéndole cosas, piropeándola hasta que esta se detiene, pero sin voltear y él le dice: “tú no eres de acá, ¿a quién estas buscando?”. Ella voltea y mostrándole una cara totalmente en descomposición, le toma la mano y le hace una herida en el brazo, mientras le grita: “¡ESTOY BUSCANDO A UN VIOLADOR¡¡”, y luego desaparece, atravesando las paredes del Larco Herrera.

sábado, 15 de mayo de 2010

Ritual para llamar el "ánima"


En el mundo andino, existe la fuerte creencia en lo que es denominado “perder el ánima”; este término es referido a una condición anímica y física, que ocasiona en su víctima, un súbito desorden psíquico, anímico y psicosomático, que se manifiesta de diversas maneras, las cuales describo de menor a mayor grado: desánimo, depresión, insomnio, debilidad generalizada, malestar físico, pesadillas constantes, inapetencia, pérdida de voz, desmayos, pérdida de conocimiento, e incluso parálisis progresiva; igualmente, muchas veces más de uno de estos síntomas aparece al mismo tiempo.

Tanto entre niños como entre adultos, el “perder el ánima”, se origina al sufrir un susto muy fuerte, el cual puede ser ocasionado por un accidente, una fuerte impresión, una aparición fantasmal, la aparición de entidades tales como duendes (“mukis”, “chinchilicos”, “anchanchos” o similares), sirenas (“saqras”), demonios (“supaya”, “tiyabulu”, “paye” y un largo etcétera), u otras entidades paranormales del panteón animista andino. Igualmente se atribuye que uno puede “perder el ánima” al cruzar por Apus sagrados, lagunas encantadas u otros sitios considerados como sagrados, embrujados o malditos. En raros casos, se cree que esta alteración de carácter, es originado por un trabajo de brujería.

Al detectarse que un familiar ha “perdido el ánima”, sus familiares acuden en busca de un Yatiri (un brujo andino, también conocido como “animu khiwzatiri” por los aymaras), para que realice un ritual conocido como “Llamado del alma perdida”.

Para este rito se utiliza un crucifijo, un rosario, una campanilla, un brasero, sahumerio y las ropas favoritas del enfermo, amén de los objetos rituales del brujo tales como varas, sonajas, y un largo etcétera (estos varían según la región y el tipo de prácticas del brujo y su comunidad)

Una vez que el Yatiri ha determinado completamente la causa de la “enfermedad”, se reúne con toda la familia del enfermo en un día y hora fijada. El Yatiri prepara una pequeña ofrenda y la quema en el brasero, mientras reza por el enfermo. Luego lo sahúma con el incienso que humea en el brasero.

Para determinar la hora propicia para “llamar el alma”, el brujo lee las hojas de coca; en muchos casos también es necesario –para el brujo-, apersonarse al lugar donde “se ha perdido el ánima”; esto se da comúnmente cuando se atribuye la enfermedad al haber transitado por un lugar determinado. A la hora y en el lugar propicio, el brujo dispone como si fuese un cuerpo tendido, las prendas del enfermo, ya sea en el patio de la casa ó el lugar donde las hojas de coca le hayan vaticinado. Luego coloca el crucifijo y el rosario encima de las ropas.

Llegada la hora fijada para “llamar el alma”, comienza a rezar, ya sea en quechua o aymara:

“Dios que estás en el cielo y en la tierra
Dios padre bondadoso,
Ten piedad de tu hijo enfermo,
Perdónale todas sus faltas,
Si es que su alma se haya separado de su cuerpo,
Y si está en el cerro, o en la pampa o
Si se ha extraviado con otros seres
O si los espíritus malignos se hayan apoderado de él,
Por tú Santo nombre y el del Señor Jesucristo,
Te pido que le dés libertad”.

Luego reza oraciones netamente cristianas como el Padrenuestro, el Ave María, el Credo y el Gloria. Después de finalizar las oraciones, comienza a llamar el “ánima”, agitando una prenda de vestir del enfermo y con la campanilla diciendo:

“Alma, espíritu de,….
Ven, ven, ven, que tu cuerpo te espera”.

Después de llamar por unos momentos, procede a ir donde se haya el enfermo y le hace vestir con las prendas utilizadas en el rito, mientras dice:

“He hecho volver a tu alma para que
Reingrese a tu cuerpo, en el nombre
Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

Tras lo cual le hace la señal de la cruz en la frente del enfermo; luego éste es cubierto con frazadas, para que descanse. Todos los presentes se dan un abrazo de la paz, con lo cual se finaliza el rito.

Actualmente, es común que doctores y personal médico destacado en la sierra peruana se tope con pacientes con condiciones que no pueden ser explicadas por la ciencia médica; tras agotar todos sus conocimientos y cuando los lugareños les aseguran que al paciente “se le ha perdido el ánima”, optan por aceptar la sabiduría popular, no oponiéndose a que se practique este rito tradicional.

viernes, 14 de mayo de 2010

Promoverán el turismo místico en Puno


La Dirección regional lo impulsará en Los Uros, Taquile y Amantaní. Las cermonias rituales en la islas serán apreciadas por los visitantes.

Nuevas ideas se ‘cocinan’ para atraer visitantes al altiplano del país. La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Puno informó que impulsará el turismo místico en las islas flotantes de los Uros, Taquile y Amantaní, para atraer a más visitantes nacionales y extranjeros, motivo por el que dicha entidad regional viene elaborando un proyecto de promoción.

“Estamos trabajando en esta iniciativa que se encuentra a nivel de perfil, la cual también ha sido promovida por la misma población, a fin de diversificar la oferta turística y, así, atraer a más visitantes”, explicó Percy Mamani, titular de la Dircetur–Puno.

El funcionario indicó que la iniciativa considera promocionar las costumbres ancestrales que tiene cada isla, como las ceremonias rituales de pago a la pachamama (tierra), lo que permitirá también fortalecer la identidad regional.

Asimismo, Mamani señaló que, de concretarse este proyecto, se logrará mejorar e incrementar la oferta turística en la región. “Este mes esperamos culminar el plan para luego ver el tema del financiamiento”, dijo a la Agencia Andina. Agregó que el diagnóstico se elabora junto con la Universidad Nacional del Altiplano.

ISLAS FLOTANTES
Como se sabe, la isla Amantaní está ubicada frente a la península de Capachica, a tres mil 817 metros sobre el nivel del mar. Sus habitantes se dedican al cultivo de papa, maíz, oca, quinua, haba y arveja.

En tanto, la isla Taquile se ubica a 35 kilómetros al este de la ciudad de Puno, en la bahía de Chuchito, enmarcada por las penínsulas de Capachica y Chucuito.

Finalmente, los Uros se autodenominan kotsuña (el pueblo lago) y sus orígenes se remontan a épocas anteriores a los Incas. Mantienen la tradición de la pesca artesanal, en especial del carachi y el pejerrey, así como la caza de aves silvestres.

(FUENTE:ANDINA)

miércoles, 12 de mayo de 2010

La laguna de Aricota y el pago a las tinieblas


La legendaria laguna de Aricota (Tacna, Perú), llena de misterio oculto, se dice que para utilizar sus aguas tuvieron que hacer entrega de seres humanos como pago a las tinieblas, por dos oportunidades.

Para el primer pago tuvieron que reunir varios niños, a quienes los invitaron a participar de un banquete, fueron llevados con engaños a la orilla de la laguna, donde se encontraba una mesa muy bien adornada, sobre ella se encontraba comida, dulces y gaseosas. Los niños conforme iban disfrutando del banquete, son atendidos con gaseosas pero mezcla de licor, conforme bebían se fueron mareando, llenos de euforia entre juegos y alegrías; de pronto las aguas desaparecen y se abre una puerta enorme, en el interior se veía una enorme ciudad iluminada, los niños van ingresando comiendo sus galletas bebiendo gaseosas, en medio de risas y juegos se fueron desapareciendo en el fondo de la ciudad.

El segundo pago fue con una delegación de Japón, dentro del grupo había una dama muy jovial y hermosa, llegando a Curibaya se abastecieron de alimentos, bebidas y busca una vitrola para poner la música, por la noche se dirigen a las orillas de la laguna , para preparar la entrega, siendo las doce de la noche, la dama se encontraba embriagada y la invitan a bailar, mientras bailaba se levanta un remolino fuerte, envuelve a la dama, en medio del remolino entre baile y baile, se va desapareciendo la dama en el fondo de la laguna.

Muchos arrieros y viajantes experimentaron, que a partir de las once de la noche, se escucha las risas y juegos de los niños, la voz de una dama que te llama, el cántico del gallo, que nos pone los pelos crespos de miedo, por más que se grite o corran se cunde mas la desesperación del terror, las personas de fuerte coraje logran pasar y las personas de débil se encantan o se vuelven locos.

martes, 11 de mayo de 2010

La venganza del Gentil



Referido o conocido también como “La venganza de los Gentiles”: tradicionalmente es un término que se usa para referirse a nuestros antepasados incas o pre-incas, específicamente a sus momias, y que cuando son halladas en un yacimiento arqueológico, la tradición andina exige ser tratadas con el máximo de los respetos. La sintomatología da esta “supuesta” maldición es un debilitamiento brusco, aunado a problemas respiratorios agudos, fiebres e intensa tos, que llevan a la víctima a la muerte. 

La verdad es que esta condición es conocida por la ciencia médica como una enfermedad pulmonar denominada histoplasmosis, la cual es trasmitida al ser humano al respirar aire viciado por las defecaciones de murciélagos y roedores, muy común esto, en entierros antiguos. Es muy común también este mal, entre quienes trabajan en minas y espeleólogos (exploradores de cuevas) Es curable si se trata con prontitud.

sábado, 8 de mayo de 2010

Leyendas de la carretera central


En la Carretera Central del Perú (que conecta la gran Lima con la sierra central del país), hay infinidad de historias, contadas y tomadas como absolutamente ciertas por parte de los "mionqueros" o choferes de camiones de carga y servicio de buses de pasajeros: sería largo describir cada versión o sub versión existente, asi que les mostraré un pequeño resumen de ellas:

Las sirenas de Ticlio
Se cuenta que las hermosas lagunas que rodean Ticlio (el punto más alto de la carretera central), están todas encantadas, y que de noche sale de ellas una mujer tipo sirena; en una versión, dicha mujer te hacen parar (si eres chofer), se sientan a tu costado y te hacen ver que la carretera sigue de frente,... haciéndote ir directamente al río; existen más de un testimonio de que esta fue la causa real de fatales accidentes carreteros que no tenían explicación en la fatiga del conductor o las condiciones del clima.

También existe la historia de una mujer que en la carretera "tira dedo" (pide aventón), y cuando se acerca a tu ventana ves que está muerta:, no como calavera pero sí toda blanca y muerta (no tiene ojos, esta todo hueco, según aseguran), ¡y en ese momento el chofer acelera al máximo y ella sigue pegada a su ventana, riéndose y mirándote!!

Dado que la zona ha sido escenario de muchos y terribles accidentes, también existe la historia de choferes de buses e incluso pasajeros que ven a otros similares que se sientan al lado de uno,... y al voltearte ves que sus rostros son en realidad calaveras,...

También existe la leyenda acerca de ciertos túneles por los cuales sucede algo realmente misterioso: no es raro ver aún que los lugareños prefieran ir de pasajeros en camiones de carga, montados sobre la tolva (zona de carga abierta), de los mimos,... y que después de atravesar algunos de los túneles de la ruta,... simplemente desaparecen misteriosamente, para no volver a ser vistos jamás.

Finalmente, todas las historias fantasmales de la carretera central comparten un lazo fatal: se dice que si ves a un alma de noche en las alturas de la sierra, es tanta la impresion que empiezas a botar espuma y mueres,...

Huasao, pueblo de brujos al sur de Cusco


Al sureste de la Ciudad Imperial, casi como escondido entre los apus, se encuentra Huasao. Sus pobladores son más que respetados, temidos por practicar artes ocultas.

Un desvío en la carretera Cusco-Urcos conduce a Huasao. Nada destacable a primera vista. Un pueblo más en las laderas del ahora hediondo río Huatanay. Pero no se confunda. No se confíe. Hechizos, maleficios, amarres, limpias y otras brujerías que han trascendido las fronteras del Cusco fueron creadas en esta oculta comarca.

Acá no lo recibirán letreros de bienvenida, sino publicidad esotérica con toda la gama de servicios de que es capaz el ocultismo andino. Huasao es más bien un pueblo mustio, de gente desconfiada. “No sabemos si vienen con buena o mala intención”, explica la señora que vende comida en la plaza. A espaldas de su puesto, está la iglesia donde un candado sobre su portón azul advierte que la fe se ha mudado. La vendedora dice que el cura solo viene algunos domingos desde Oropesa.

El vacío reina en las calles y, contrario a lo que se observa en los pueblos del llamado Valle Sur del Cusco, en Huasao las puertas de las casas permanecen cerradas. Solo hay unos cuantos restaurantes de un solo menú. Abundan, eso sí, palos con plástico rojo, señal de que se sirve chicha de jora. Aparte de eso y de un descuidado baño público, no hay infraestructura turística. Y eso que a Huasao llegan cada día decenas de visitantes de todo el mundo. Algunos buscan curar una enfermedad, mejorar la suerte en los negocios o vengar una infidelidad. Otros solo quieren esa experiencia mística de ver el futuro en las hojas de coca.

Tres hojas de coca, precisamente, forman el logotipo favorito de los brujos. Aunque maestros como Martín Pinedo no necesitan ese marketing. El patio de su casa alberga todos los días filas de gente que es capaz de esperar horas por un turno. Llevan cajas de cartón y botellas con indescifrable contenido. Los que van para hacer un pago a la tierra o limpiarse de un daño aceptan una breve conversación. Los que han ido a Huasao con malos fines, simplemente se rehúsan al diálogo, miran feo. Y, por si acaso, es mejor no insistir, no caerles mal.

No siempre es posible que atienda Pinedo. Pero otra treintena de curanderos, entre ellos Reynaldo Chillihuani, aceptan consultas por las que luego cobran cinco soles. Chillihuani, quien nombra su oficina como Apu Ausangate, abrió la puerta, previa mirada de pies a cabeza. Un cuarto oscuro, de olores penetrantes donde un cóndor de alas abiertas se luce estampado sobre unas de las paredes. A estas alturas, el sentido común solo pide salir de ese antro, dejar ese pueblo de aire espeso, habitado por presuntos estafadores que lucran con la ingenuidad de la gente. Pero la curiosidad se impone y crece cuando el brujo empieza a barajar sus cartas y tantea sobre algunos temas generales. Sus aciertos son tantos como sus desvaríos, y, otra vez, la curiosidad convoca al pensamiento selectivo.

Pido probar con hojas de coca. “Empuña, sopla y arrójalas” es la orden. Ellas caen lento y se posan mostrando en su mayoría el haz, es decir el lado más verde. Un diagnóstico alentador. Suficiente para rechazar otras ofertas, despedirse para siempre y regresar a ese desvío en la carretera, que no solo lleva a Huasao. Que conduce también a una insólita dimensión.

Qué se viene: una nueva ruta del turismo
La Dirección Regional de Turismo de Cusco prepara un plan para impulsar el potencial turístico del Valle Sur del Cusco, una zona ignorada por los visitantes, a pesar de su riqueza en cultura, gastronomía y paisajes.

Entre los diversos destinos gastronómicos y arqueológicos del Valle Sur, Huasao hace la diferencia con su bien ganado crédito de destino místico, pero donde se necesita poner orden a fin de evitar que los turistas sean estafados por algunos charlatanes.

“La idea es capacitar a la población y crear la infraestructura adecuada. Empezamos este mes con un proyecto piloto”, aseguró Víctor Hugo Pérez, jefe de la Dirección Regional de Turismo del Cusco.

(FUENTE: elcomercio.pe)
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