Eran casi las siete la mañana. El aroma a incienso que brotaba de los sahumerios de los chamanes andinos creó una atmósfera mística en el lago Titicaca.
Fue entonces que Manco Cápac y Mama Ocllo abrieron los brazos mirando al cielo y la balsa de totora que los mantenía a flote zarpó. Decenas de embarcaciones que estaban a sus costados, como resguardándolos, también emprendieron el periplo por el lago más alto del mundo.
De esta manera se escenificó la salida de la pareja mítica y fundadora del Imperio Incaico del lago Titicaca, en el marco de las celebraciones por los 347 años de fundación española de Puno.
La pareja partió desde la isla de los Uros (sector Chimú). En todo el recorrido, que duró una hora y media, las Acllas (sacerdotisas) y Runas (varones) lanzaron flores al afluente e hicieron constantes gestos de agradecimiento al dios Sol. El panorama a la distancia era la de una caravana de balsas que transportaban a hombres y mujeres ataviados con trajes típicos dispuestos a hacer realidad un encargo divino. El desembarque se efectuó en el sector de Huaje (bahía de Puno).
Durante el recorrido el séquito imperial de ambos personajes no dejaron de soplar los pututos con el propósito de invocar a los espíritus a fin que los proteja en su propósito de fundar el imperio Inca.
De forma previa se desarrolló un ritual donde se ofreció al lago, dulces, hojas de coca, vino, entre otros elementos. La ofrenda tenía un solo objetivo, pedir prosperidad.
GRATITUD AL SOL
Tras la escenificación de la salida del lago Titicaca, Manco Cápac y Mama Ocllo se trasladaron hacia el estadio Enrique Torres Belón, donde se llevó adelante la ceremonia de agradecimiento al dios Sol por haber recibido el encargo de fundar el imperio incaico. Antes de llegar al recinto, el séquito lanzó maíz como una nuestra de asegurar alimento al pueblo.
(FUENTE: larepublica.pe)
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