lunes, 25 de febrero de 2013

Arequipa: el mito del Papa negro hace sonreír al sacerdote africano George Duku


En medio de la profecía del fin del mundo un religioso de Sudán que reside en Arequipa enseña que la fe es más profunda que cualquier mito y racismo. ¿Papa negro? ¿Fin del mundo?, él ríe.

Al sacerdote George Duku Thomas Lifu no le gustan los eufemismos ni las medias tintas. “No soy moreno, soy negro", dice mientras conversamos de lo que tantas especulaciones genera en estos días, previos a la elección del nuevo Papa: el mito del fin del mundo si se elige un Papa de raza negra.

George Duku Thomas Lifu nació en Sudán. Del país africano llegó a la Ciudad Blanca hace tres años, enviado por su congregación religiosa. En ese entonces no había escuchado de Arequipa, a pesar que dos décadas atrás se estableció en Lima. Lo enviaron a estudiar Teología en el seminario de Santo Toribio. No sabía ni jota de castellano: lo tuvo que aprender en cinco meses. Llegó con un compañero; ambos se comunicaban en árabe e inglés. Eran los bichos raros del seminario.

“Yo quise ir a Nairobi (Kenia) por una cuestión del idioma, pero me dijeron que sería bueno conocer otras realidades. Fue difícil no poder decir lo que piensas en una tierra extraña, y más cuando no entiendes el idioma”, cuenta.

Actualmente es vicario de la parroquia “El Buen Pastor”, el segundo en jerarquía después del párroco, en el pueblo joven Independencia del distrito de Alto Selva Alegre.

¿Papa negro? ¿Fin del mundo? El padre George sonríe. “Lo mismo dijeron sobre el 21 de diciembre de 2012, que el mundo se iba a acabar y ahora todos estamos aquí. La gente se asusta, pero yo pienso que cada uno está donde debe estar”, señala en esta tarde lluviosa de febrero dentro de la parroquia.

En Torit, aldea de donde proviene, también hay intensas lluvias. Pero la tormenta más fuerte está en el Vaticano. Hay crisis en la Iglesia Católica y él no es ajeno a ello. No obstante, el padre George, como lo llama la comunidad (su familia le dice Duku, como su abuelo), prefiere no hablar del tema. Benedicto renunció por falta de fuerzas físicas dice. De las denuncias de corrupción que se especulan en la prensa se limita a contestar: "Los errores nos afecta a todos nosotros, cada uno (de los sacerdotes) tiene sus limitaciones. Cuando una persona comete un error es responsable delante de Dios y de los demás, por eso hay que poner cada cosa en su lugar".

No le incomoda hablar de su color y mitos que se tejen en torno a ello. “Sudán es una palabra árabe que significa 'tierra negra'. ¿Por qué tendría que sentirme mal? Mi tierra es negra”, comenta.

Para el religioso de 45 años de edad y 1.80 m de estatura, lo oscuro muchas veces se encuentra en el alma de la gente, no en la piel. “No somos iguales, somos diferentes; pero si el otro piensa que es más que el resto, allí empiezan los problemas. Creo que cuando se llega a ese punto, la educación no nos ayuda mucho. Una persona es culta en la medida que respeta las diferencias de los demás”, afirma.

"¿Se ha sentido discriminado alguna vez?", le pregunto. “Cuando estudiaba en Lima me decían el morenito, pero yo corregía: no soy moreno, soy negro, no me siento menos que los demás. En esas circunstancias, el problema es del que está al otro lado”, responde.

"¿Le agradaría que se elija a un Papa negro?", le digo. “Eso no depende de nosotros, sino de 117 cardenales; pero no tendría nada de malo, ¿por qué no?”, responde haciendo expresiones con sus grandes manos, aquellas que en la niñez labraron la tierra del campo, donde descubrió el amor por Dios.

El Arzobispo de Arequipa, monseñor Javier del Río Alba, también esboza una sonrisa cuando le mencionan la profecía del fin del mundo si se elige a un Papa de color. “No hay que dejarse llevar por supuestas profecías, hay que vivir el día a día. ¡Qué más quisiéramos que fuese el fin del mundo! Sería ideal para irnos con el Señor. La gente se está dejando llevar por esto, que no ha sido confirmado por la Iglesia”, anota.

El corazón de África

George Duku es muy puntual en sus apreciaciones. Aprendió a decir lo necesario y saber escuchar. “Para acercarse a los creyentes es bueno no entrar en polémicas, no hay que discutir con el creyente de cualquier religión, hay que abrirse a otras realidades”, dice con un castellano correcto y la convicción de un hombre de fe.

Sudán del Sur nació como país recién en julio del 2011, tras una cruenta guerra civil que duró más de 50 años. En Torit, la tierra natal del padre George, hay petróleo y oro, pero la mayoría de la gente –como su familia- se dedica a la agricultura. La tierra es llana y productiva, y también existe mucha desigualdad y pobreza.

En África vive el 15% de los 1200 millones de católicos; también hay musulmanes. En tanto, Arequipa es conocida como la Roma del Perú. La crisis de la Iglesia Católica llama la atención en ambos lados del mundo.

Cuando se vaya de Arequipa, probablemente en tres años, el padre George se llevará la alegría de las misas y las sonrisas de los fieles. Volverá a Torit junto a sus nueve hermanos (dos de ellos fallecidos) y se llevará el sabor del Rocoto Relleno, su plato favorito.

(FUENTE: larepublica.pe)

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